Por: Oscar David Pachón Díaz. Arquitecto Consorcio Expansión PTAR Salitre
Al Costado Oriental de la Nueva Planta de Tratamiento de Aguas Residual el Salitre, se construye el Parque Metropolitano PTAR Salitre, el cual será un espacio compartido entre la recreación pasiva y la recreación activa, áreas que albergarán comunidad en general, por ello el Parque contará con escenarios adecuados para el desarrollo de diferentes actividades de aprendizaje, diversión, esparcimiento entre otras, es así cómo encontramos el Domo Geodésico.

La característica principal de un espacio público en la ciudad, es contribuir a la renovación urbana y la recuperación social de la misma, esto como elemento vinculante entre las diversas dinámicas que la metrópoli con el tiempo va forjando y su morfología, haciendo del usuario el protagonista de esta escena. El Parque Metropolitano PTAR Salitre se convierte en el vestíbulo central que integra la trasformación industrial representada en la ampliación de la planta de tratamiento de aguas residuales con el trazado ambiental y la dignificación del territorio como lo es la cuenca media del Río Bogotá, en el cual se ubica un equipamiento arquitectónico regulador como es el domo geodésico; un hito articulador de los componentes espaciales y programáticos del parque, desde el cual se puede vislumbrar la reserva ambiental ubicada a 15 metros de elevación sobre la parte nororiental, este espacio de preservación, promulgación ambiental, cultural y recreativa colindante a la vía Suba-Lisboa y el barrio El Cortijo, concentra un circuito coherente para los visitantes a través del parque. El proyecto permite ser una zona de preservación ambiental cultural y educativa.
Teniendo en cuenta la historia del emplazamiento y las dinámicas a las cuales se ve expuesto. El domo dentro del parque busca vincular el paisaje nuevo y el propuesto con los elementos endémicos como las barreras ambientales, creando una secuencia de eventos y marcos visuales que enaltecen el entorno por medio de una secuencia topográfica.
Para esto el domo busca generar una identidad de arraigo y dignificación al utilizar la naturaleza como el mejor elemento de integración, conocimiento y articulación social, evidenciando cómo desde la práctica se cultiva la conciencia ambiental, lo cual se ve representado en el uso de los materiales aplicados buscando el menor impacto como lo representan más de 12.000 m2 en circulaciones senderos arborizados eco amigables y los más de 10.000 árboles plantados. El domo representa el valor de la preservación y propagación de los cuerpos arbóreos para este nuevo pulmón de la ciudad.